jueves, 4 de marzo de 2010

CAPITULO FINAL:


OJALA...

Ojala llueva esta noche y haya relámpagos y te abrace el recuerdo de los que siempre estuvimos. Ojala la espera no sea en vano y pueda darte el primer beso de la mañana y el último abrazo antes de dormir; ojala te levantes conmigo para el desayuno y comentemos las noticias y oigamos las paredes quejarse de la música entera. Ojala lloremos con las mismas películas y comamos una picada y nos emborrachemos de proyectos, y de viajes y de constantes ganas de vernos de nuevo. Y sea también el deseo de siempre, y los vidrios transpirados nos humedezcan los dedos para escribir de nuevo una historia.
Ojala encontremos el rumbo por fin de las cosas buenas, mientras los cielos pasan sin que nos toquen y el tiempo sea testigo de mis manos cerca de las tuyas y que tus ojos del color del mar nos inspiren el deseo de cumplir el mismo sueño de siempre, con las ganas estables y el pulso uniforme y la sorpresa de todos los días.
Ojala alcancen los veranos y vos estés ahí donde siempre y yo parado en tus puertos esperándote a diario.
Y ojala me llenes de notas antes de irte a trabajar y sigas siendo mi inspiración y pueda decirte al oído lo que mis pulmones piensan y donde mis pies me llevan y me traen. Ojala coincidamos el camino y las horas, y conciliemos las tardes de descuento, los domingos de fútbol. Ojala las fotos cobren vida y huyan a los lugares cotidianos donde sumamos de a dos, y te encuentre donde solías nadar y cumpla el anhelo del tiempo compartido por fin.
Ojala quepan en tus brazos todos mis párpados y mis pestañas, y tengas el pecho dispuesto y solitario con el hueco justo para mi cabeza. Ojala enderecemos los cuellos mirando hacia delante y las derrotas no sean más que una mueca de las cosas que debimos cambiar. Ojala estemos a tiempo de revolcarnos en la arena, en la ruta y que mi primera vez en un volcán sea de nuevo con vos. Y ojala te des cuenta de lo fácil que resultar sentir y lo complejo que es evitarnos calle a calle, y ojala me preguntes “donde has estado este tiempo” y me extrañes al menos una parte de lo que yo lo hago. Y ojala te responda “he estado siempre aquí” y me veas con las manos abiertas y me digas al oído que ya todo pasó y que afuera está lindo como para salir a tomar unos mates.
Ojala llueva. Y mucho, para que nos lave los ojos y nos moje en cualquier lugar, y vos sepas que yo estoy y yo me quede tranquilo sabiendo que al regreso de cualquier lugar, son siempre tus mismos ojos los que me esperan. Y ojala haya tormenta y relámpagos y rayos para que nos asustemos de los errores y podamos dormir acurrucados uno al otro sabiendo que no nos puede pasar nada si estamos juntos.
Ojala escriba con vos el refugio de los dos, y tomemos el próximo vuelo hacia donde la vida quiera llevarnos...