viernes, 7 de mayo de 2010

¿Qué es la vida?


Les voy a contar una historia.

No sé si es triste o alegre. Las despedidas son así. Son despedidas y punto La historia que les voy a contar me la contaron a mí, así, tal cual se las escribo.

Dicen que hubo dos personas que llevaban distintos nombres en sus frentes, salvo por una sola letra.

La historia que se cuenta en los pueblos, va de boca en boca y se va contado a través de los tiempos como un cuento de amor que la gente nunca entendió.
Tal vez se sigan queriendo cada uno a su manera. Ponele que cada cual siente el deseo de llamarse, o las ganas de volver, pero no vuelven.
No sé bien si por orgullo, por miedo o porque ya no tenían corazón. Pensá que ambos se habían entregado todo y la promesa de verse viejos y juntos, trascendía las palabras simples que sus ojos lloraban.
No recuerdo bien la historia de éstas dos letras absurdas. Alguien por ahí pensó alguna vez en huir con una valija y robarse esta palabra de todos los idiomas posibles.
Dicen que uno en paz y el otro convencido de la verdad quedaron pensando en sus balcones las veces que el destino los unió.
Pero en realidad nadie sabe que los unía. Quizás ellos tampoco. La historia habla de las madrugadas, de faltas de respeto. de miserias y flaquezas. A veces dar una última confianza es dar más que una oportunidad.
¿Qué es la vida? preguntó en silencio. El otro no supo decirle cómo terminaron así. No tenían ni idea como manejar las cosas. Yo no sé si hubo uno que se jugó y el otro que no. Tal vez, en tiempos distintos, ambos dieron lo mejor sí.
Y coincidieron una sola vez. Aquella noche con la luna pintada de acuarela sobre el mar cuando siguieron caminos distintos en diferentes direcciones.
Lo cierto es que mucho tiempo después ambos se piensan. Nadie sabe por qué. Ellos piensan que es por qué sí.
Uno se fue. El otro se quedó. Claro que amagaron con encontrarse otra vez. La gente dice que el teléfono no funcionó, que uno llegó tarde hasta el andén, que no hubo despedidas. Todos piensan que fue mejor así. Pero no tienen ni idea de esta historia.
Y yo que intento escribirla hoy, como que me falta algo. Ponele que los dos se esperaron pero que ninguno salió a buscar. ¿Qué loco el destino, no? Digo, estas cosas que tiene la gente de complicarse las vueltas.
Ahora que el tiempo ha pasado dicen que viven a miles de kilómetros de distancia. Sin embargo algunos sostienen que estuvieron más cerca. “Así” de encontrarse, “así de cerca”.
Como que se cruzaron en una calle y ni se vieron. Esa fue la última oportunidad.
No sé como termina ésta historia. A mi me la contaron y no podía creerla. Viste que en cada cuento hay una moraleja. Acá no entendí que se quisieron decir. Capaz que nunca se dijeron nada.
Ponele que la vida les faltó el respeto. Que uno esperaba algo, y el otro quería dar algo pero no sabía qué. El tiempo pasó después de prisa, y casi como que se olvidaron sus nombres. Ya no se llamaban ni siquiera podían pronunciar la primera letra sin que no les doliera pensarse ausentes.
El olvido tiene estas cosas. Dicen que por una esquina no se encontraron. Cada uno dobló la vida y se tomaron un café en bares distintos. Yo creo que algo pasó y no sabemos. Al fin y al cabo Buenos Aires y Barcelonae no están tan lejos. Lo distante son los tiempos, o el deseo de hacer lo que tenían que hacer.
Y algunos afirman que cuando por fin se animaron a buscarse, ya era tarde en serio.
La vida es lo que llevamos adentro respondió por fin uno de ellos, mientras pensaba todas las cosas que podrían haberse hecho antes de perderse la última confianza, el último susurro que ésta leyenda tenía para convertirse en realidad.
La respuesta a la pregunta de la vida llegó así de tarde. No fue olvido, yo lo sé no me pregunten por qué. Pero dicen que hay un lugar donde la gente se encuentra, donde no hay promesas eternas, pero si la voluntad de poder intentarlas.

Cuentan que hay un lugar posible para verse de nuevo con aquellos que no vemos, y si aprendieramos a ver un poco mejor las cosas simples, quizá nos daríamos cuenta que la vida es la única posibilidad que tenemos para ser felices.