miércoles, 9 de septiembre de 2009

Del libro de los sueños (I)


-1-Le hablé al oído sin pestañas ni manos grises como si fuese única. La tarde se rompía a pedazos recién con el sabor seco de la tierra.Me dijo un abrazo en voz baja, y yo lo tomé como si fuese el último.Y empecé a caminar de nuevo encendiendo las luces naranjas de los semáforos. Los perros seguían el guiño del asfalto hasta perderse detrás de una bicicleta estática.Sin embargo la nostalgia era otra cosa, pensé. Y fue así que quemé mis libros, y derroté las bibliotecas y rompí todos los esquemas posibles para irla a buscar. Ella me miraba desde la calle sin importarle nada. La invité a dormir. No tengo sueño – me dijo. Y yo la dejé para siempre. (No hay nada peor que una mujer sin sueños).

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