lunes, 9 de noviembre de 2009

Pronósticos


Ya siento que va llegando el final. Es decir, se percibe en el aire ese aliento espumoso de los años que pasan. Agil y grotesco el cielo se inunda de montículos de recuerdos que pasan inadvertidos. Las calles se mudan de barrios como escapándole al destino, y se forman ciudades nuevas todo el tiempo, y los jueves se entreveran con los sábados y los poetas se embriagan de una extraña alegría que no les pertenece.
La soledad es mitad práctica y el resto, una imbécil sensación de fracasos. Ya todo pasó. Entiendo que esta mañana, por ejemplo será inútil no sentirme extrañamente vacío.
Los lunes suelen ser así.
Después de la paz de los puertos y las bocas, llega la semana con un vendaval de pronósticos que nunca se cumplen.
Los solos somos solos siempre.
Sólo que a veces esperamos la urgencia de lo imposible

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