sábado, 1 de agosto de 2009

Quería que lo supieras...


Es cierto, no tengo ni idea de cómo es el amor. Ya no sé si existe, si es una fantasía de mi mente o simplemente una creación fantasmagórica de los poetas. Que raro, porque tantas veces le he escrito que ahora la duda me suena mejor como un ataque de sinceridad.Lo cierto es que de existir, es lo más simple que se haya inventado en la vida. Cuesta verlo así porque por amor se sufre, se llora, se inventan guerras, se mata, se escriben terribles canciones que nos parten a la mitad. El amor sería más bien aquel placer de los dioses, aquella asignatura pendiente, el privilegio primero de la humanidad toda.Hablaba el otro día del tiempo de las esperas, de la soledad, de los regresos, de las idas y venidas. Pero después pensandolo bien, no es justo esto. Esto no es amor. Amar no es esperar a nadie. A ver, esto se pone un poco más denso, y es verdad, el amor sigue siendo tan simple como al principio. Los complejos somos nosotros. Tenemos esa virtud de embarrar todo, de esperar lo que no llega, de llorar por quien no llama, de mirar las fotos de quien no piensa en nosotros. Esto no es amor, insisto. Claro, después llega la decepción… el dolor, el llanto, lo oscuro, el vacío más grande del mundo. La soledad también tiene estos condimentos. Es así, Yo soy solo. Pero soy solo por que así me elijo. Y si amo, ya no amo a quien no vuelve. Amo lo otro, lo que está por venir. Lo desconocido, lo oculto. La sorpresa. Quería que lo supieras nada más. No vaya a ser cosa que todavía pienses que te espero.

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