miércoles, 15 de julio de 2009

Ahora que el tiempo ha pasado...


Mis pulmones humeantes. Como hijos que se van.
Las mujeres tienen esas cosas,
me digo.
Pito otra fumada y me
Revuelven las letras, las palabras.

El viento viola mi nublada soledad,
Pienso que toda la vida se pasa urgente
El tiempo pelea rápido
Son muchas cosas juntas
No tengo memoria,
no domino mis dedos venosos
ni retengo información

Vuelo.
No estoy.
Digo capaz.
Largas esperas
que atan a mis puños
Argentina
Menos tú

Me agacho por las dudas,
trato de pensar, de estar triste
pero no puedo.
no tengo nadie que pensar.

Yo soy solo.

No pienso.

Digo

Apuesto.

Puta mayúscula,
yo no te pido,
me gano
o te pierdo.

Me voy de limón

yéndome
de todos lados,
por la ventana,
por ejemplo.

La guitarra suena sola.
Sonia.
Medias negras
para zapatos sucios

tranquilo…

¿Tienes fuego?
Pregunto baboso.

Cabras de leche,
Gente pasando sin que nada pase.

De memoria
Sin entender nada.

Sin podérselo escribir.

Le debo todas las excusas posibles
que antes no podía decir, por nube o por idiota.

Y ya no estaba.
Solo un hueco oscuro
Tragamonedas
Traga tiempo.

Desde afuera la ven mejor
Pierde alas
y se arrastra
por toda la madrugada.

No entendía nada.
Cien años han pasado,
Y nada se ha escrito desde entonces.

Sólo números
debajo de la falda.

La vieron fumando mucho.
Niña y ausente.
Con medias negras,
Zapatos verdes.

¿Cómo se escribe eso?

Soy filósofo ahora,
Barbudo y humeante también.
Junto mis manos con
un perro siberiano
que nada tiene que ver

¿Entendés?

Princesa travestida:
antes de morir quiero dejarte un
encargo.

Princesa sin amnesia,
triste nauseabunda
yo no te robé nada,
insisto y dejo pasar a Buda
al baño

Aplaudo sus cachetes,
como una melodía escrita en una piscina

Fracasada
Bajada
Alteza.

Compartimos el colchón desde hace un tiempo.
lo demás no lo recuerda
Por sucederle a él.
Justo a él.
El amante de mi madre
Que peluca secretarias
Parte panes
entre el hambre.

Silabea saliva.
Musicaliza lo que sucede.
Se hace monja en el Tibet,
donde el corazón se guarda.
Casi como inclinándose uva.

Hinchándose los ojos.

Dice que no llega nunca a ninguna parte.
me extraña eso,
por los peces que se suicidan sin
vocación.
Absurda, digo
mientras un camarón me ata las ojotas.
arregla la vida.

Febril, ángel.

Así estoy hace un rato.
Perdido como un quiste,
santoral y maniquí.
Sé que soy uraño,
Coreo y no llego a ninguna parte.
En eso tienen razón,
les soy sincero, tienen razón.

Pero me gusta no llegar a parte ninguna
Donde quieren llegar?
Para qué me hacen esto?

Amargo tus lágrimas,
Las disuelvo en la lluvia,
Macabro tus ojos sin poder ponerle un nombre.
Y no puedo explicarlo,
así estoy
Sediento. Babeante.

Mientras dura una lágrima
que recorre tu cuello.
Ladra pentagramas.

No me acuerdo si vino ella
O qué.
A veces ella tampoco está
y yo no le digo nada.
Está donde quiere,
donde la brisa turra
la deja.

¡Turca!

Y la abrazo.
Como si fuera un aplauso suave
en el medio de un
teatro.

Y ella se va. Conmigo.


Ahora te escribo que el tiempo
ha pasado...

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